Autor: Msc. Ernesché Rodríguez Asien
Globalización, integración internacional y apertura económica
Japón
sigue siendo admirado por el mundo entero, pues un país tan pequeño,
con el 70% de su territorio montañoso y escasos recursos naturales ha
logrado un desarrollo económico súper gigante, posicionándose como
Segunda Potencia Económica Mundial.
Para conocer los antecedentes es
necesario tener en cuenta que en agosto de 1945 un Japón exhausto por la
guerra aceptó los términos de la rendición impuesta por los aliados y,
por edicto imperial, depuso las armas. Por primera y única vez, Japón
fue ocupado por las tropas aliadas bajo el control de los Estados
Unidos, hasta abril de 1952.[1]
Como consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial, Japón perdió el 42% de la riqueza nacional y el 44% de la
capacidad industrial – energía, instalaciones, maquinaria, etcétera-. El
personal militar desmovilizado y los civiles que regresaron, por una
parte, agravaron la ruina y el hambre y, por otra parte, se unieron de
inmediato a la fuerza de trabajo, cubriendo sobradamente las necesidades
de mano de obra para la reconstrucción económica durante la primera
etapa del período de posguerra.[2]
Durante algunos años después de la
derrota, la economía japonesa estuvo casi totalmente paralizada, con una
severa escasez de alimentos, una inflación galopante y bajo los efectos
de un mercado negro generalizado El país había perdido todos sus
territorios de ultramar, mientras su población sobrepasaba la cifra de
los 80 millones, además de recibir a alrededor de 6 millones de
repatriados. La demanda interna descendió con la interrupción de las
compras militares y el comercio exterior se hallaba restringido por las
Fuerzas de Ocupación Aliadas.
El pueblo japonés emprendió la tarea de
reconstruir su economía devastada por la guerra y la ocupación
norteamericana se ocupó sólo de desmilitarizar y democratizar la
sociedad nipona. No asumió ni el costo de la reparación de los daños ni
la elaboración de una política estratégica para la reconstrucción
económica.[3]
En un período histórico relativamente
breve Japón logró no sólo reconstruir su economía, sino convertirse en
una de las naciones industrializadas más importantes del mundo actual.
En ello desempeñó un papel fundamental la regulación económica estatal y
la política industrial concebida para la reconstrucción.
La burocracia japonesa emitió el
documento “Problemas básicos para la reconstrucción de la economía
japonesa de posguerra”, en fecha tan temprana como 1946. Aquí se
planteaba que Japón debía seguir un modelo intermedio entre la
planificación socialista y las instituciones capitalistas; había pasado
el período de laissez faire. Ahora, en el período del capitalismo de
Estado, Japón se ubicaba en la frontera de dos sistemas, debía ser un
intermediario político y económico entre bloques.[4]
Con la nueva constitución de Japón
(1947), el emperador fue despojado de su poder soberano y reemplazado
por un gabinete parlamentario. El contexto de funcionamiento del
capitalismo japonés se diseñó por la reforma política de las naciones
aliadas tras la Segunda Guerra Mundial. Esta reforma abarcaba ámbitos,
como: la tierra, la educación, la protección de los sindicatos, la
desmilitarización y la disolución de los zaitbatsus (agrupación entre
empresas).
Tales cambios proyectados, se pusieron
en práctica con mayor fuerza e idealismo por parte de los japoneses que
por los propios norteamericanos. El nuevo programa originó dos conceptos
que iban a desempeñar un importante papel en el posterior desarrollo
del capitalismo japonés: igualdad y competencia.
La mencionada reforma aplicada a Japón en este período contempló las cuestiones siguientes:
1. Una reforma agraria que fomentó una
mayor igualdad: eliminó a los terratenientes que no utilizaban sus
tierras y creó la clase de agricultores poseedora de la tierra que
cultivaba. Durante el período inmediato a la posguerra se hizo patente
un hambre masiva. Se consideraba que los Estados Unidos era el país más
democrático del mundo, pues había entregado tierras a quienes no tenían,
le quitaron la riqueza a los más ricos y se la distribuyeron al pueblo.
La ocupación norteamericana creó premisas favorables, muy especialmente
con la reforma agraria, como mecanismo de transferencia del excedente
económico hacia la reconstrucción industrial.
2. El establecimiento de un nuevo código civil por la igualdad entre el hombre y la mujer.
3. Una reforma educativa que tuvo
también un impacto importante. El nuevo sistema, basado en modelos
norteamericanos, estableció nueve años de educación obligatoria gratuita
y tres años más opcionales de enseñanza media. Quienes reunían
aptitudes adecuadas y pagaban las modestas tarifas educativas, podían
llegar a graduarse en la universidad.
4. El establecimiento de reformas
democráticas: libertad de reunión, asociación y expresión, incluido el
Partido Comunista; abolición del sintoísmo, como religión oficial; y
libertad de culto.
5. La disolución de los zaibatsus, que
fomentó la competencia, pues disminuyó el tamaño empresarial de la
industria japonesa y surgieron las pequeñas y medidas empresas, las
cuales debían luchar ferozmente entre ellas para conseguir mayor número
de ventas. El objetivo de los Estados Unidos al eliminar los zaibatsus
fue desintegrar la potencia militar para evitar que Japón tomara fuerza y
luchara contra ellos.
En 1949, el Ministerio de Comercio
Internacional (MCI) y el Consejo de Comercio se extinguieron y surgió el
Ministerio de Industria y Comercio Internacional (MITI). Se estableció
el Departamento de Empresa del MITI con el objetivo de desarrollar de
modo estratégico las empresas del país y crear un entorno favorable a la
competencia; o sea, el Estado dirigió su acción reguladora como máximo
responsable de la competencia y el desarrollo de las empresas. El último
ministro del MCI fue el primero del MITI: Inagaki Heitaro.
Después de la guerra había poca oferta
de capital y los tipos de interés eran consecuentemente altos. Sin
embargo, el Gobierno hizo posible que las empresas con más futuro
obtuvieran fondos a unos tipos de interés extremadamente bajos. Como
regla, estas empresas orientaban su producción hacia el mercado externo.
Los bancos canalizaban el capital
acumulado para prestarlo a industrias estratégicamente importantes,
apoyadas por las garantías de créditos del Banco de Japón. Asimismo, el
Gobierno ofrecía importantes concesiones tributarias a los ingresos por
exportación, a la vez que establecía la adquisición de tecnología como
prioridad nacional. La moneda extranjera fue escasa durante muchos años
después de la guerra, pero las autoridades aprovecharon estas
circunstancias para que los exportadores obtuvieran asignaciones
especiales.[5]
El Departamento de Empresa MITI preparó la nueva política para la racionalización industrial basada en la competencia inducida:
1. Control cambiario total a las importaciones de tecnología – poder de selección de las industrias para el desarrollo.
2. Financiamiento preferencial.
3. Exenciones fiscales.
4. Protección contra la concurrencia extranjera.
5. Autoridad para ordenar la creación de conglomerados industriales basados en bancos (nuevos zaibatsus).
6. Aparato institucional para política de racionalización e incentivos. [6]
En los primeros años después de la
guerra, debido a la escasez de materiales, las fábricas prácticamente no
producían nada y para vender lo poco que elaboraban tenían que competir
en precio y calidad, o sea, tenían un entorno muy fuerte no sólo
externo, sino también interno. Las empresas que no conseguían recortar
costos se encontraban sin clientes. Esta presión causó una verdadera
revolución en la planificación de las empresas. El Departamento de
Empresa del MITI contribuyó en gran medida a flexibilizar los caminos
hacia la competitividad nacional e internacional. Todos podían esperar
el triunfo si trabajaban lo suficiente para vencer en la competencia.[7]
Las características del entorno interno
que creó el Departamento de Empresa constituyeron la fuerza motriz que
guió el desarrollo económico de la nación en la posguerra. Estos fueron
los siguientes:
1. Un Estado protector exigente.
2. Las condiciones de la concurrencia no
eran resultado del laissez faire; el riesgo se reducía para el capital
con mayor concurrencia.
3. Una concentración en determinadas
empresas para: lograr una reestructuración industrial; facilitar la
transferencia tecnológica; garantizar el largo plazo, como criterio; y
atender las prioridades internas y las amenazas externas.
Las funciones del Departamento de Empresas eran:
1. Elaborar la política de
reestructuración y racionalización empresarial sobre la base de medidas
fiscales, crediticias y de desarrollo de infraestructuras.
2. Promover la cooperación empresarial
en cuestiones, como: compartir tecnologías; lograr la especialización en
líneas de producción; utilizar conjuntamente recursos y almacenes, y
consultar planes de inversión.
3. Coordinar las acciones conjuntas de
las asociaciones de empresarios sectoriales para la protección contra la
concurrencia extranjera.
El carácter selectivo, del Departamento
de Empresas del MITI protegía el desarrollo industrial y abarcaba todo
el ciclo económico.
El Consejo de Racionalización
Industrial, creado en diciembre de 1949, promovió durante la década de
los 50 una cultura empresarial común con énfasis en la administración
científica. La vida empresarial se centraba en las prácticas
administrativas y no en las preferencias arbitrarias de los propietarios
del capital.
La concurrencia inducida significaba que
esta competencia se daba siempre en el contexto de la racionalización,
de la selectividad, con conciliación productiva nacional. El MITI
promovió prácticas administrativas racionales, por ejemplo:
1. Modelos para los sistemas salariales y de promoción.
2. Modelos para la organización de los locales de trabajo en función de una mayor intensidad del trabajo.
3. Modelos para entrenar empleados y cuadros.
El MITI podía bloquear el acceso de
divisas extranjeras – Ley del Capital extranjero, 1950 –de cualquier
firma que considerase estuviera desperdiciando recursos valiosos. Con la
Ley del Capital Extranjero se estableció un Comité de Dirección
Extranjero, el cual determinaba que cualquier inversionista foráneo con
licencias, patentes, etcétera, debía ser autorizado por este Comité. El
Departamento de Empresas MITI asumió esta responsabilidad.
Cuando al MITI se le acusaba de
monopólico, argumentaba que sólo pedía comportamiento cooperativo, es
decir: compartir tecnología; limitar líneas de producción; utilizar de
manera conjunta los depósitos para materias primas y productos acabados;
y realizar consultas sobre planes de inversión.
El carácter selectivo para el crecimiento acelerado 1955 – 1990 se manifestó en las políticas básicas siguientes:
1. Políticas industriales proteccionistas de competencia inducida.
2. Política tributaria para promover ahorro e inversión.
3. Aislamiento del mercado interno de la influencia extranjera.
4. Política de estructura financiera (créditos preferenciales, etcétera).
Puede apreciarse el papel tan relevante
desempeñando por el MITI y su Departamento de Empresas en la creación de
un entorno interno muy competitivo que “entrenase” a la empresa
nacional para la competencia internacional. Por eso, puede identificarse
como competencia inducida esta forma de protección estatal.
Papel del Estado en la creación del movimiento por la productividad y los círculos de control de la calidad
El Estado creó en la primera mitad de
los años 50 el movimiento por la productividad con ayuda del Gobierno de
los Estado Unidos.
Los tres principios del movimiento eran
los siguientes: cooperación entre el pueblo y el Gobierno; cooperación
entre empresarios y trabajadores; y distribución de los beneficios
derivados del aumento de la productividad.
En agosto de 1952 se creó la Asociación
para la Educación Industrial con el objetivo de estrechar los vínculos
entre el capital privado y las comunidades. En junio de 1954 se fundó el
Consejo Cooperativo para la Productividad; la industria privada se
lanzó en ese movimiento. Se estableció en febrero de 1955 el Centro para
la productividad de Japón que aún es una institución fundamental. Se
creó un Consejo para la Productividad que servía de enlace entre el
Centro y el Gobierno.
En septiembre de 1955 el Sindicato de
Empresas Privadas (DOMEI) se integró al movimiento por la productividad.
Al año siguiente, NIKKEIREN – la más influyente federación de
asociaciones de empresarios de Japón insistió en la necesidad de mejorar
la educación tecnológica y publicó un extenso documento: Acerca de la
educación tecnológica para adecuarse a las necesidades de la nueva era.
En diciembre de 1957 el MITI publicó El
libro blanco sobre la racionalización industrial en el cual se promovían
las actividades concretas para el aumento de la productividad, muy
vinculadas con los ingenieros en las empresas privadas. Existía una
fuerte interrelación entre las asociaciones de empresarios y el Estado
para promover no sólo la reconstrucción industrial, sino también la
competencia inducida.
En 1957 el Ministerio de Educación de
Japón (MINEJ) puso en práctica el plan para incrementar el número de los
estudiantes de ciencias y técnicas. Comienza entonces el boom de las
carreras de ciencias e ingenierías. En febrero de 1959 se funda la
Comisión de Ciencia y Tecnología (para investigaciones estratégicas).
Los círculos de control de la calidad,
el sistema de consulta mutua y el sistema de ingenieros surgieron en los
años 60. En este período se produce una incorporación masiva de
ingenieros a las empresas en estrecha colaboración con los trabajadores
de las fábricas y con flujo de información hacia la oficina de
investigación y desarrollo.
Durante estos años se promovió
intensamente la ingeniería inversa en Japón, con lo cual se lograban
mejoras sustanciales sobre la tecnología importada aplicada a los
procesos de producción, así como una elevación en la calidad de los
productos.
Ya a partir de los años 60 se inicia por
parte de los institutos de Investigación y desarrollo una búsqueda para
aplicar en nuevos productos y procesos estos avances tecnológicos.
Papel del surgimiento de “las tres joyas” de la gerencia japonesa
La lucha del movimiento obrero obligó al
capital, en alianza con el Estado a realizar cambios en las relaciones
laborales y humanas en las empresas, con lo cual se generalizó el
salario por antigüedad, el empleo de por vida y el sindicato por
empresas, llamados “las tres joyas “de la gerencia japonesa.
Salario por antigüedad: Los salarios de
los trabajadores suben anualmente, de acuerdo con el tiempo que estos
llevan en la entidad, si cumplen satisfactoriamente con los planes y las
tareas asignadas cada año. Este tipo de salario llega al máximo cuando
se produce la jubilación, lo cual estimula la permanencia en el centro y
refuerza la estabilidad laboral.
Empleo de por vida o a largo plazo: La
tasa anual de traslado de trabajadores es solo de 16% y los trabajadores
en general están aislados del mercado laboral exterior. Esta tendencia
se encuentra estrechamente vinculada con el sistema salarial por
antigüedad en el que los empleados con más tiempo en la empresa reciben
más salarios. De esta forma, los trabajadores dependen más de la empresa
y dan mucha importancia a que esta salga adelante.
Además, el empleo vitalicio significa
que una empresa importante u organismo gubernamental contrata una vez al
año, en la primavera, cuando los jóvenes se gradúan de secundaria,
preparatoria y la universidad. Una firma grande que ocupa sólo “novatos”
contrata a la vez una larga lista de empleados nuevos, aún cuando no
tenga trabajo para todos ellos de inmediato.
Sindicato por empresas: Es la base de la
estrategia para elevar la intensidad y la productividad del trabajo y
competir por la ganancia extraordinaria.
En Japón los obreros deben tener unos
veinte años de experiencia antes de poder acceder al puesto de
supervisor y se les inculca que debe mantener buenas relaciones con sus
subordinados después de ser nombrados. Los supervisores japoneses son
veteranos en la empresa y dedican gran parte del tiempo a las relaciones
humanas: juegan béisbol con los trabajadores más jóvenes los domingos,
acuden a sus bodas y generalmente están bien informados de sus asuntos
familiares. Su popularidad entre los operarios de menor edad ha
contribuido al funcionamiento del sistema. [8]
La organización empresarial japonesa
La organización empresarial de Japón es
muy diferente a la existente en Estados Unidos y Europa, pues se
caracteriza por haber alcanzado niveles superiores de eficiencia en la
gestión empresarial y por generar un conjunto de prácticas estables, las
cuales, a pesar de no estar teorizadas muchas de ellas, permiten
sostener que se ha estructurado una Escuela Económica Empresarial propia
de la experiencia nipona.
Esta Escuela o modalidad de organización
de la competencia empresarial y su regulación estatal se caracteriza
por la forma diferente en la que se establecen los siguientes rasgos en
relación con la eficiencia del capitalismo occidental:
1. El grado de separación entre la propiedad y la gestión.
2. El empresario y el colectivo laboral; sus formas de estimulación.
3. Las formas básicas de la gerencia eficiente: el costo y la calidad.
4. La creación de la base tecnológica del sistema empresarial.
5. La doble estructura empresarial y la organización horizontal y vertical de los acuerdos monopolistas.
6. La globalización de la economía mundial y la empresa “inmigrada”.
1. El grado de separación entre la propiedad y la gestión
En Japón los presidentes y los
directores de las grandes empresas en general no son sus principales
accionistas, sino que constituyen los llamados “directores empleados”.
El eje principal de la organización empresarial japonesa radica en el
alto grado de separación que existe entre la función y la propiedad, o
sea, no funciona el capital individual, sino el de las personas
jurídicas (firmas que ponen su capital). El administrador no lo pone el
propietario, como ocurre en los países occidentales, él va a ser elegido
por el colectivo (empresa) y está en función de las características que
él tiene; por lo tanto, la competencia va a ser mayor entre los
trabajadores, pues el empresario va a ser elegido no por su cantidad de
acciones, sino por su capacidad.
Esta estructura de dirección de empresa
ofrece una ilusión a las aspiraciones de los empleados y agudiza la
carrera por ocupar los primeros puestos en el escalafón. Otro factor
curioso es que el 75% de las acciones pertenecen a personas jurídicas,
mientras el 25% pertenecen a accionistas individuales, contrario a lo
que sucede en los Estados Unidos y Europa. Todo este mecanismo el Estado
lo ha sabido estimular y lo ha manejado de modo muy inteligente de
forma tal que satisfaga sus intereses.
2. El empresario y el colectivo laboral: sus formas de estimulación
Aunque con frecuencia se cree que en la
sociedad japonesa, en general, y en la empresa, en particular, se le da
mucha importancia a la armonía, existe en verdad una competencia fuerte
entre los empleados que aspiran a ocupar los primeros puestos en el
escalafón y a recibir el valor más alto posible en el sistema de
bonificación distribuido dos veces al año: junio y diciembre.
En el sistema de evaluación se tienen en
cuenta las actitudes asumidas por los trabajadores, como integrantes
del organismo, su iniciativa en el trabajo, la disciplina, el carácter
armónico, etcétera. De esta forma se establece una disciplina laboral en
la que los empleados subordinados obedecen ciegamente al nivel superior
para así lograr la mejor evaluación con la finalidad de obtener mayores
salarios y el mejor cargo de trabajo. De esta manera las empresas
organizan y fuerzan a trabajar a sus empleados.
Otra forma de estimular al trabajador es
permitirle formar parte de las propuestas de mejora en la empresa,
estimulando y canalizando su aporte por un reconocimiento social y
personal. Esto tiene su recompensa monetaria, pero los premios no suelen
sobrepasar la cifra de 5 ó 6 dólares. Más importante que el dinero es
el reconocimiento personal que le proporcionan.
3. Las formas básicas de la gerencia eficiente: el costo y la calidad
La calidad es un conjunto de cualidades o
propiedades de un producto que condiciona su utilidad para satisfacer
determinadas necesidades productivas y personales.[9]
Una de las cuestiones fundamentales en
que se basa el control de la calidad japonesa es que no hay normas
perfectas, sean nacionales, internacionales o de una empresa, pues éstas
por lo general contienen defectos inherentes, ya que los requisitos de
los clientes cambian continuamente y año tras año se exige una mayor
calidad. Las normas son adecuadas en el momento de fijarlas, pero se
tornan anticuadas con rapidez; en la práctica es necesario revisarlas y
mejorarlas constantemente con la finalidad de cumplir de manera
satisfactoria los requisitos de los consumidores.
El control de calidad japonés constituye
una revolución y un nuevo concepto en el pensamiento de la gerencia.
Las características del control de la calidad nipona que lo distinguen
del control de la calidad occidental son las siguientes:
1. Control de la calidad en toda la empresa con la participación de todos los miembros de la organización.
2. Educación y capacitación en control de la calidad.
3. Actividades de los círculos de control de la calidad.
4. Auditoría de control de la calidad.
5. Utilización de métodos estadísticos.
6. Actividades de promoción del control de la calidad a escala nacional.
En esta concepción se plantea la
necesidad de educar en el control de la calidad a todos los empleados:
desde el presidente hasta los obreros de línea, es necesario variar el
razonamiento de todos y repetir la educación y la capacitación dentro y
fuera de la empresa de modo indefinido; así llevaron a cabo los
japoneses el control de la calidad. Para lograr estos objetivos el
interés principal de la empresa debe ser la felicidad de las personas y,
como primera medida, recibir un ingreso adecuado.
Por otra parte, los consumidores deben
sentirse satisfechos y contentos cuando compran y utilizan los bienes y
servicios de la empresa, los obreros en ningún caso pueden pensar que
los mecanismos de control de la calidad son para controlar su trabajo.
En Japón existen entidades privadas para promover actividades de control
de la calidad: grupo de investigaciones en control de la calidad, el
comité del mes de la calidad, la sede de círculos de control de la
calidad.
Los japoneses no controlan la calidad
para proyectar solamente las exportaciones, sino que para ellos la
calidad trasciende la empresa, es una relación social de producción, un
proceso, es una reserva para la reducción del costo de producción, como
forma más dinámica de lograr mantener su competitividad. El control de
la calidad constituye una revolución conceptual de la gerencia, pues el
administrar sobre la base del respeto al cliente puede incrementar el
grado de satisfacción de las necesidades de los consumidores, tanto en
medios de producción, como en medios de consumo. Los nipones introducen
los avances científico-técnicos a la producción con rapidez, provocando
una inigualable sustitución compatible. La industria japonesa se basa en
ofertar artículos de calidad a precios bajos debido a un trabajo
esforzado y a una producción masiva, eficaz y muy competitiva.
En 1962 se comenzaron a constituir los
círculos de control de la calidad. Ellos están formados por pequeños
grupos que desarrollan actividades de control de la calidad dentro de un
mismo taller o puesto de trabajo; llevan a cabo continuamente, como
parte de las actividades de control de la calidad en toda la empresa, el
auto desarrollo y desarrollo mutuo, el control y mejoramiento dentro
del taller utilizando técnicas de control de la calidad con la
participación de todos los miembros.
Las ideas básicas de los círculos de control de la calidad son:
1. Contribuir al mejoramiento y desarrollo de la empresa.
2. Respetar al hombre y crear un lugar de trabajo agradable donde valga la pena estar.
3. Ejercer plenamente las capacidades humanas y con el tiempo aprovechar sus capacidades infinitas.[10]
4. La creación de la base tecnológica del sistema empresarial
Uno de los factores que han
caracterizado la transformación de la economía e industria de Japón es
el mejoramiento del nivel tecnológico llevado a cabo por medio de la
rápida innovación en la tecnología y los diversos esfuerzos del sector
industrial en su conjunto.
Después de la Segunda Guerra Mundial,
Japón ha venido emprendiendo mayores esfuerzos para la introducción de
nuevas tecnologías con vistas a seguir el ritmo de la innovación
tecnológica del mundo. Una forma utilizada por ellos para el avance
tecnológico ha sido la ingeniería inversa, la cual ha integrado el
enfoque tecnológico con el económico social.
La ingeniería inversa, como forma
económica para la eficiencia consiste en la introducción de los avances
de las ciencias física, matemática y genética a las técnicas de
producción industriales y agrícolas que, al tomar como base los
resultados obtenidos en otros procesos y países diferentes y
descomponerlos en sus elementos integrantes, logra localizar aquellos
que determinan los atributos de su eficiencia y, además, actuar sobre
éstos de manera tal que su modificación conduzca a una elevación en los
niveles de eficiencia.
Para los japoneses, el solucionar la
contradicción copia/creación tecnológica ha posibilitado alcanzar un
basamento tecnológico en el que la obtención de productos de vanguardias
descansa en una tecnología propia, con técnicas propias y materias
primas propias y extranjeras altamente aprovechadas. Japón se ha
distinguido por la compra muy hábil de licencias, patentes y acuerdos
tecnológicos, principalmente a los Estados Unidos. Todo este proceso lo
ha dirigido el MITI.
La ingeniería inversa presenta ventajas; éstas son:
1. Disminución de los costos en investigación y desarrollo.
2. Disminución del costo de inversión.
3. Disminución del costo de producción.
4. Incremento de calidad.
5. Disminución del tiempo, como variable común (ahorro de años y meses).
6. Incremento de la sustitución compatible.
7. Aumento de la competitividad.
8. Creación de la base tecnológica de la empresa.
Japón, gracias a lo expresado con
anterioridad, de importador de tecnología se está convirtiendo en un
exportador tecnológico, está exportando tecnología a los países
desarrollados.[11]
5. La doble estructura empresarial y la organización horizontal y vertical de los acuerdos monopolistas
La tendencia mundial a la fragmentación
del proceso productivo ha provocado que la subcontratación esté
adquiriendo cada vez una mayor relevancia, y consiste en que una empresa
(la principal) encarga a otras empresas (subcontratadas) la producción
de una parte más o menos importante de los componentes de sus productos.
Son múltiples los impactos económicos
que tiene la subcontratación, siendo las más relevantes: la disminución
de los costos, el aumento de la flexibilidad y la reducción de los
recursos necesarios.
Mediante la subcontratación la empresa
principal logra reducir sus costos, al disminuir la magnitud de ciertos
recursos (activos fijos) que implican mayores cargas de estructura o
costos fijos y, en la mayoría de los casos, al adquirir de la empresa
subcontratada los productos (componentes o factores) a precios
inferiores a los costos que le hubieran supuesto fabricarlos ella misma.
La reducción de la dimensión de los
activos fijos y la mayor adaptabilidad a modificaciones de la demanda de
sus productos, a cambios en los propios productos, en la tecnología, en
los gustos, permite a la empresa subcontratista una mayor flexibilidad,
condición muy importante en la actualidad. La misma reducción de los
activos fijos, unida a la disminución de los stocks de componentes que
pasan a las empresas subcontratadas, hace que la empresa principal
reduzca los recursos necesarios para desarrollar su actividad.[12]
Como se mencionó con anterioridad, en
Japón existe una agrupación entre empresas, interrelacionadas de manera
horizontal, con el nombre de zaitbatsus. Estos son grupos de grandes
firmas que operan en la economía japonesa. En el período de la guerra se
dedicaron a la industria militar y fueron desmantelados por los Estados
Unidos al finalizar la guerra, resurgiendo como monopolios. Los nipones
cuentan actualmente con seis grandes zaitbatsus: los grupos Mitsui,
Mitsubishi, Sumitomo, Fuyo, Sanwa e Ichican.
Cada zaitbatsu está conformado por
varias firmas, una banca, casa comercializadora, casa de seguros,
astilleros y el dominio de una industria determinada. Las relaciones
entre los zaitbatsus se realizan de manera horizontal, pues no están
sujetas a vínculos tecnológicos ni de propiedad o estructura productiva,
sino más bien se limitan a acuerdos monopólicos en cuanto a precios y
liderazgo en mercados y territorios.
Vinculados con los zaitbatsus, pero
observando una estructura vertical, se encuentran los llamados
keiretsus. Su aparición se enmarca en la década de los 60, al
desarrollarse grupos corporativos de pequeñas y medianas empresas
subordinadas a la gran industria cuya relación venía dada por
actividades de subcontratación. Las empresas subcontratistas se
agruparon bajo las grandes en condiciones de subordinación.
6. La globalización de la economía mundial y la empresa “inmigrada”
La globalización presupone la
incorporación o integración de todos los países en una dinámica de
funcionamiento de la economía a escala planetaria y la fragmentación de
espacios y procesos. Todas las regiones del planeta, con sus respectivas
estructuras económicas, recursos materiales y humanos, podrán funcionar
en esa dinámica global donde las actuales ventajas competitivas
obedecen cada vez más a la capacidad de adaptarse a cambios cuyos
niveles vienen dados por el conocimiento y recursos humanos calificados.
La empresa “inmigrada” representa un
nuevo tipo de organización empresarial que va a dar respuesta al
fenómeno de la globalización de la economía y se va a diferenciar de las
llamadas “empresa filial” y “empresa subsidiaria”. Su aparición se
enmarca en la década de los 70 con operaciones en el sector
manufacturero, pero alcanza sus niveles de desarrollo en los años 80.
La formación de la empresa “inmigrada”
es el resultado de la interrelación de los niveles macro y
microeconómico expresado esto en la política económica del país que
mediante el sistema de negocios transforma a la empresa extranjera en
empresa “inmigrada”, condición por la que puede realizar sus intereses
sin contraponerse a los del país en forma antagónica.
La empresa “inmigrada” garantiza la
reproducción del capital nacional en condiciones de economía abierta y
desarrolla un sistema de negocios completo sobre la base del cual
elabora su estrategia corporativa; concede igual importancia a los
negocios, tanto en el extranjero, como a los nacionales.
Su gran crecimiento económico
A pesar de tener escasos recursos
naturales, Japón pudo desarrollar sus industrias pesada y química
gracias al bajo precio del petróleo que se mantuvo en el nivel de 2
dólares/barril durante veinte años después de la Segunda Guerra Mundial.
La cotización fija de 360 yenes/dólar que duró hasta agosto de 1971
posibilitó a Japón incrementar sus exportaciones sin reevaluación alguna
de su moneda nacional.
Antes de los años 70 la economía
japonesa estuvo rodeada de un ambiente favorable hasta el estallido de
la cuarta guerra del Medio Oriente, en octubre de 1973, la cual causó la
primera crisis petrolera, así como la introducción de la cotización
flotante de las monedas japonesa, norteamericana y europeas.
La crisis del petróleo obligó a Japón a
acometer una reestructuración económica, a buscar la vía menos
consumidora, más independiente, a buscar fuentes estables y cercanas.
Este país halló una respuesta en el proceso de cambio estructural de la
economía nacional, que se inició en los últimos años de la década de los
70.
Durante el período de la recesión,
después de la segunda crisis petrolera hasta los primeros años de la
década de los 80, se aplicaron medidas para incrementar las
exportaciones y mantener el crecimiento económico. Como consecuencia de
las dos crisis petroleras y el flujo de las divisas hacia los países
exportadores de petróleo, los países industrializados y sus industrias
estaban enfrentándose a serios problemas. La situación fiscal de Japón
empeoró seriamente debido a la disminución de ingresos por concepto de
impuestos, lo cual imposibilitó aumentar la inversión pública, como
medida para superar la recesión. Bajo esta circunstancia, la industria
japonesa no tuvo otra alternativa de buscar la salida en el aumento de
exportaciones. En consecuencia, incrementó rápidamente el superávit
comercial de Japón frente a los Estados Unidos.
Por lo tanto, la estructura económica de
Japón comenzó a experimentar grandes cambios desde mediados de los años
80. La industria japonesa logró y desarrolló vigorosamente la política
de ajuste estructural compuesta por las medidas siguientes:
1. La inversión en tecnologías modernas
que hacen posible la economía de combustible y el surgimiento de nuevos
productos de mayor valor, reduciendo las operaciones de industrias
estructuralmente estancadas, mediante el traslado del eje de las
industrias pesada y química por ejemplo, la industria de automóviles,
electrodomésticos e industria naviera hacia las de electrónica con
productos, como: semiconductores y computadoras de alta tecnología.
2. El crecimiento económico basado en la
demanda externa se traslada a la demanda interna por el énfasis que se
dio al consumo personal, la inversión pública y el aumento de las
importaciones provocadas por el alza del yen y la presión de los Estados
Unidos y Europa.
3. La expansión de la inversión directa
en el exterior, el traslado de las bases de la producción al exterior
para reducir los costos de producción y, al mismo tiempo, abastecerse de
las plantas del exterior para obtener materias primas, piezas o partes
prefabricadas; todo esto motivado por la acelerada apreciación del
yen.[13]
El Gran Salto Tecnológico
Las cuatro ramas tecnológicas más destacadas en Japón son:
· La Automotriz
· La Informática (Computadoras)
· La Electrónica
· La Robótica
Las corporaciones principales de estas
ramas o industrias tecnológicas son la Toyota, Fujitsu, Matsushita y la
Fanuc Estas corporaciones se han venido desarrollando sobre todo a
partir de la década de los 60.
Los automóviles son uno de los productos
japoneses mejor conocidos. Es uno de los países que produce más
automóviles, buses y camiones en el mundo. La industria automotriz de
Japón ha sido llamada la industria básica del país.
Se dice que la industria automovilística
es un barómetro que muestra la fuerza industrial general de un país
puesto que para fabricar automóviles se necesitan componentes y partes
suministradas por casi todos las ramas industriales, tales como
productos siderúrgicos, plásticos, electrónicos, etc.[14]
En cuanto a la informática y la
electrónica el gobierno el gobierno japonés está aplicando su Estrategia
de Tecnología de la Información y las Comunicaciones “e-Japan”. Con
esta estrategia Japón ha logrado un gran salto tecnológico a nivel
mundial. Conseguir este objetivo exige el cumplimiento de 4 planes
principales:
Mejorar el hardware de la Tecnología de
la Información, mediante la instalación de una red de fibra óptica, que
proporcione conexiones de red a velocidad ultra-rápida.
Facilitar el comercio electrónico para que cualquier persona o entidad pueda participar en este campo de actividad.
3. El desarrollo de un Gobierno virtual o
Gobierno electrónico. Esta estrategia no significa la desaparición del
modelo tradicional de gobierno, sino el aprovechamiento de las ventajas
de las nuevas tecnologías para racionalizar los procedimientos
administrativos, mejorar los servicios para los residentes, desarrollar
las diferentes regiones del país y paliar las diferencias en cuanto al
uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en las
mismas.
Fomentar el desarrollo de recursos
humanos de alta calidad, procurando que todos los ciudadanos tengan los
conocimientos prácticos sobre información para que puedan utilizar estas
tecnologías.
Desde el lanzamiento de la estrategia
hasta la fecha, se han logrado notables avances. En el 2001 el 10,5 % de
las empresas participaban del comercio electrónico ya sea a través de
Internet o a través de una red de computadoras. El sector de finanzas y
seguros era el que más uso hacía del comercio electrónico en ese año: el
13,7% de las empresas realizaban operaciones por esta vía. Los sectores
de la minería y la construcción son los de menor participación al
contar, respectivamente, con un 1,4% y un 4,6% de sus empresas
involucradas en este tipo de transacciones.
En el 2001 el volumen de mercado
efectuado mediante el comercio electrónico relacionado con los bienes de
consumo final creció un 96,0% con respecto al año 2000, mientras que el
mercado para el comercio electrónico relacionado con los bienes
intermedios mostró un incremento del 41,5%.
En cuanto al desarrollo de un gobierno
electrónico o virtual se puede señalar que en el año 2001 existían 319
915 computadoras personales disponibles en los gobiernos de las
prefecturas y 561 721 computadoras personales en los gobiernos
municipales. Existían, además, 1 310 páginas Web de entidades públicas a
todos los niveles del gobierno nacional. También se reporta una
computadora personal disponible por cada 1,2 empleados en todas las
agencias del gobierno nacional, como resultado de los esfuerzos del
gobierno para que exista una computadora disponible para cada empleado
público.
En la educación también se observan
resultados muy positivos pues el gobierno ha estado desarrollando la
infraestructura en el sistema educativo japonés para que Internet pueda
ser utilizada en las clases de todos los grados.
En marzo del 2001 se instalaron
computadoras prácticamente en todas las escuelas públicas de educación
media y media superior. El número de computadoras para uso educacional
por escuela pasó a ser de 11,3 en 1998 a 24,4 en el 2002 en el caso de
las escuelas de enseñanza elemental. Para la enseñanza media superior
esta cifra pasó de 41,4 a 94,7 en el 2002 (MPHPT, 2003a). Además, el
75,8% de todas las escuelas públicas tenían conexión a Internet en el
2001 y de estas, el 33,9 % habían creado sus propias páginas Web
En el 2002 se lanza el Programa e-Japan
2002, programa anual que incorpora y le da continuidad a la estrategia e
-Japan precedente. La reciente explosión de un sistema de telefonía
móvil de INTERNET da muestra del potencial del país para producir
innovaciones mundiales. Aunque los europeos se ufanan de superar a
Estados Unidos en la carrera de los teléfonos celulares, Japón esta por
delante de ambos en INTERNET móvil.
En Japón los celulares con acceso a
INTERNET ha tenido un fuerte impacto en las ventas y aproximadamente 13
millones de personas, la décima parte de la población, ya se están
suscribiendo al sistema (i-mode).[15]
El gran éxito en esta tecnóloga radica
en que están conectados permanentemente a INTERNET, lográndose entrar en
la WEB casi al instante y sin necesidad de discar. Las pantallas de los
celulares están conectadas a 15 000 sitios de INTERNET, que ofrecen
correo electrónico, juegos, servicios bancarios, noticias y caricaturas.
Estos aparatos son baratos y pequeños. Como se sabe, los japoneses
viven en casas minúsculas. Debido a esto, a los consumidores les agradan
los artefactos móviles que proporcionan información y ayudan a pasar el
tiempo.
Esta irrupción tecnológica representa un
buen avance para la economía japonesa. El i-mode podría significar para
las compañías niponas una gran ventaja en otras partes del mundo.
Robótica
Japón se ha convertido en el país de los
robots. La robótica es uno de los campos en los que Japón tiene
ventajas tecnológicas. El desarrollo tan espectacular de esta rama es
explicado por la productividad interna de Japón que es el principal
consumidor de robots y también por la expectativas que ofrece el mercado
norteamericano, pues Estados Unidos importa de Japón el 80% de esta
tecnología.[16]
La aparición de los robots industriales
se remonta al año 1962 en Estados Unidos. Se introduce en Japón en los
años 60 en las industrias petrolera y petroquímica para automatizar los
procesos de producción. Solo las industrias con gran capacidad de
inversión estaban podían adquirir robots industriales, pues en aquel
momento a los robots industriales les faltaba flexibilidad y
computadoras para el sistema de operación, por lo que sólo las grandes
empresas que tenían sistemas de fabricación en masa de pocos tipos de
productos decidieron utilizar los robots industriales. En los 80’s
aparecieron los robots de inteligencia artificial equipados con sistemas
de computadoras que analizan el estado de las existencias en almacén y
las necesidades de los clientes y dictan fabricación por sí mismos.
Desde que los robots se unieron al
personal de las fábricas en la década de 1970, el desarrollo y la
tecnología de la robótica en Japón han liderado el mundo. En la
actualidad continúan marcando el modelo para todo el planeta.
A partir de la segunda mitad de los 80’s
cuando la economía se encontraba en fase de expansión, se seguía
difundiendo el uso de robots industriales hasta en las pequeñas y
medianas empresas que sufrían por escasez de mano de obra. Los robots
industriales permitieron mantener la competitividad de la economía
japonesa.[17]
Muchos de los automóviles en Japón se
construyen con robots, pues son máquinas complejas diseñadas para tareas
especificas. Son capaces de hacer trabajos repetidores y aburridos,
dejando a la gente libre para cosas más interesantes y complicadas.
Analistas opinan que Japón posee más robots industriales que todos los
países desarrollados en su conjunto.
En la última década han creado
humanoides que andan con dos piernas. Una modalidad de esta tecnología
es el traje-robot HAL (Híbrido de Asistencia para las Extremidades). El
HAL es el primer sistema del mundo que enlaza el cuerpo humano con una
estructura robótica que se mueve como uno desea. Trabaja tan cerca con
los sistemas neurológicos y músculo-esquelético de la persona que lo
lleva que de hecho es una prolongación del propio cuerpo.
Las diversas partes del cuerpo humano se
mueven cuando el cerebro envía órdenes a los músculos. Estas órdenes
son pequeñas señales bioeléctricas que se pueden detectar en la piel. El
HAL las detecta y las convierte en órdenes que envía a los centros
motores que lleva incorporados. De este modo si una persona lleva puesto
un HAL y quiere levantarse, sentarse, andar o cargar algo pesado, el
HAL identifica las señales enviadas por su cerebro y le ayuda hacer
todas esa cosas.
El traje-robot es un tipo de
exoesqueleto (como un segundo esqueleto, pero externo) que le puede dar
la fuerza adicional necesaria para levantar algo tan pesado que no
podría sin ayuda.
El traje-robot HAL puede ayudar a
personas con discapacidades físicas o aquellas que realizan trabajos
físicos duros. También podría utilizarse en operaciones de rescate.
Uno de los factores fundamentales que
influyen en el desarrollo actual de la tecnología japonesa es el
reducido presupuesto que la industria bélica destina para la defensa.
Conclusiones
No hay que olvidar en la historia
económica de Japón que en las década de los 50 y los 60 muchos
profesionales de todas partes del mundo (ingenieros, economistas,
sociólogos, etc.) visitaban Estados Unidos para aprender las técnicas de
fabricación norteamericana que le deban el gran desarrollo económico a
ese país, pero posteriormente, en las décadas de los 70 y principios de
los 80 ocurrió totalmente al revés, estos mismos profesionales y otros
más incluyendo a los propios norteamericanos, trataron de descubrir en
qué consistía el famoso “ modelo de desarrollo nipón o el milagro
japonés”.
Japón sigue siendo el mayor acreedor
internacional y la segunda potencia económica mundial, produciendo
aproximadamente el 12% del PIB Mundial, y es, además, uno de los
principales países donantes a la Ayuda Oficial para el Desarrollo.
El gran desarrollo alcanzado por Japón de la posguerra ha sido visto frecuentemente por el mundo como paradigma a alcanzar.
Bibliografía:
Cuadernos de Japón, volumen XII, número
1, invierno 1999, pág. 45; volumen XV, número 3, 2002, pág. 4; volumen
XV, número 3, 2002, pág.6.
“Crecimiento cero en economía japonesa
en los primeros meses de 2003”. Cable noticioso en Agencia
Latinoamericana de Noticias Prensa Latina S.A. (corresponsal Tokio) 16
de mayo de 2003.
Oviedo, Luis: “Japón: la depresión
económica y la economía mundial”. En defensa del marxismo: revista
teórica del partido obrero. Sumario del número 25. Diciembre 1999.
Rodríguez Asien, Ernesché: La economía
de burbuja en Japón. Editorial Ciencias Sociales. Impreso en Editorial
Linotipia Bolívar, Bogotá-Colombia. 106 p. 1999.
Citrin, Daniel y Alexander Wolfson: “Vuelve Japón”. Finanzas & Desarrollo, junio 2006.
Rodríguez Asien, Ernesché: “Evolución del yen en el periodo 1985-2004”. Seminarios sobre economía mundial. http://www.ciem.cu
Fondo Monetario Internacional, 2005, Japan: Staff Report for the 2005 article IV Consulation ( Washington).
Koll, Jesper: “Japan Is Back, for Real This Time”, Far Eastern Economic Review, vol. 168 (octubre), pág. 1-15. 2005
Bank of Japan. http://www.boj.or.jp
[1] Ver Sociedad Internacional para Información Educativa, Inc. El Japón de hoy, Japón Echo. , Tokio 1989, p.14.
[2] Ver Cámara de Comercio de la República de Cuba: Guía para la exportación a Japón, La Habana, febrero de 1984, p. 1.
[3] Ver Sociedad Internacional para Información Educativa, Inc. ob. cit, p. 40.
[4] Ver Gilson Shwartzm (Nobel, 1990): Japao de Olhos abertos, Sao Paulo, 1990.
[5] Ver Cuadernos de Japón no. 1, Japón echo Inc., Tokio, 1992, Vol. V, p. 44.
[6] Ver Joaquín Fernández y Ernesto
Molina: La organización empresarial japonesa como escuela en el campo de
la teoría económica y el papel del Estado japonés en el desarrollo del
capitalismo, CEAO, La Habana, 1996.
[7] Ver Cuadernos de Japón, ed. citada, p. 44.
[8] Ver Ouchi Willian: “Teoría Z”, Fondo
Educativo Interamericano, Ciudad México, 1982; cuadernos de Japón, ed.
Citada, p. 45, y Joaquín Fernández y Ernesto Molina: ob. cit.
[9] Ver Diccionario de Economía Política, Editorial Progreso, Moscú, 1985.
[10] Ver Kaoru Oshikawa: “¿Qué es el
control total de la calidad?”, Editorial de Ciencias Sociales, La
Habana, diciembre de 1977.
[11] Ver Joaquín Fernández y Ernesto Molina: ob.cit.
[12] Ver colectivo de autores: La dirección estratégica de la empresa. Un enfoque innovador del management (s/d)
[13] Ver Sociedad Latinoamericana: ob. cit., 1990, p. 7.
[14] Villafañe, Víctor y Alfredo Romero: Japón Hoy.
[15] El i-mode es un sistema de
transmisión que permite acceder a todo tipo de servicios basados en
Internet, como banca on-line, búsqueda de información turística o de
ocio sobre una ciudad, descarga de logros y melodías, etc., desde un
teléfono móvil compatible
[16] Villafañe, Víctor y Alfredo Romero: Japón Hoy
[17] “ Panorama de la Industria y la Cooperación económica del Japón” 1994, pág. 83.
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