Pertenecen a un nuevo sistema de cinco mundos a 1.200 años luz y podrían estar completamente cubiertos de agua. La NASA ha encontrado una tercera prometedora supertierra alrededor de otra estrella
Astrónomos de la NASA han anunciado el hallazgo de dos nuevos sistemas planetarios. Uno de ellos está compuesto por cinco mundos
que orbitan alrededor de una estrella parecida al Sol, Kepler-62, a
1.200 años luz de la Tierra, en la constelación de Lyra. Dos destacan
por situarse en la zona de habitabilidad
del astro, a la distancia adecuada para recibir suficiente luz y calor
como para albergar agua líquida en su superficie. Y quizás mucha. Según
los científicos, podrían estar completamente cubiertos por un océano sin fin, algo extraordinario. Además, consideran que son los más parecidos a la Tierra
que la sonda Kepler, el mayor cazador de mundos enviado al espacio,
haya localizado jamás fuera del Sistema Solar. El segundo sistema, Kepler-69, a 2.700 años luz (constelación de Cygnus), tiene dos planetas, uno de ellos también prometedor.
Los cinco exoplanetas de Kepler 62 aparecen descritos en la revista Science,
trabajo en el que ha participado un amplísimo equipo de 45 científicos
de diferentes instituciones y países. Han sido bautizados como Kepler 62b, c, d, e y f.
Los dos más exteriores, «e» y «f», parecen compuestos de roca y agua
-aunque aún no se conocen ni su masa y su densidad exactas-, y tener
algún tipo de atmósfera. Son supertierras,
es decir, tienen una masa mayor que nuestra «bola azul» pero son más
pequeños que los gigantes gaseosos como Neptuno. Kepler 62e es un poco
más grande que la Tierra, realiza una órbita completa en 122 días y
obtiene un 20% más de energía -calor y radiación- de su estrella de lo
que a nosotros nos llega del Sol. Probablemente tiene «un cielo muy
nublado» y es cálido y húmedo.
Pero el más esperanzador, según Eric Agol, astrónomo de la Universidad de Washington, es Kepler 62f.
Es pequeño y tiene aproximadamente 1,4 veces el tamaño de la Tierra. Su
año es un poco más corto que el nuestro, 267 días terrestres, y recibe
cerca de la mitad de la energía, así que es algo más frío. «Los planetas
pequeños que habíamos encontrado hasta ahora estaban muy cerca de sus
estrellas y eran demasiado calientes para ser habitables, pero este
parece estar a la distancia adecuada para su tamaño», afirma Agol.
«Es
el exoplaneta más similar a la Tierra que ha sido encontrado por
Kepler», subraya. Desde el Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica
(CfA) creen que necesitaría un efecto invernadero para calentarse lo
suficiente y albergar un océano. De otra forma, podría convertirse en
una bola de nieve cubierta hielo.
Sin tierra a la vista
Los astrónomos del CfA también consideran que ambos, «e» y «f», pueden ser mundos acuáticos,
a la manera de la película «Water world», con la superficie
completamente cubierta por un océano global sin señal de tierra a la
vista. «Podría haber vida, pero, ¿estaría basada en la tecnología como
la nuestra? La vida se produciría bajo el agua, sin acceso a los
metales, electricidad, fuego o metalurgia. No obstante, la capacidad de
alcanzar un estado tecnológico podría sorprendernos», dice la
rastreadora de exoplanetas Lisa Kaltenegger.
Los otros tres compañeros planetarios tienen entre 0,54 y
1,95 veces el tamaño de la Tierra pero orbitan su estrella demasiado
cerca como para poder dar una oportunidad a la vida. El segundo sistema descubierto por la NASA está compuesto por dos planetas: Kepler 69b y 69c.
Este último es un 70% más grande que el nuestro y orbita también la
zona habitable de una estrella similar al Sol. Su composición es
incierta y su órbita de 242 días recuerda a la de Venus.
Todos los mundos fueron detectados por el telescopio Kepler
cuando «transitaban» por delante de su estrella, momento en que reducen
la luz estelar y delatan su presencia. «Este tipo de descubrimiento es
la razón por la que lanzamos la nave espacial Kepler: encontrar planetas
de tamaño y temperatura parecidos a la Tierra», señala Eric Agol. Sin
embargo, el astrónomo es consciente de las diferencias, «lo que me dice
lo especial que es la Tierra y cómo puede llevar algún tiempo -espero
que no demasiado- encontrar a su gemelo exacto».
La nave Kepler «se ha convertido en una estrella del rock
de la ciencia», afirma John Grunsfeld, administrador adjunto de Ciencia
Espacial de la agencia estadounidense. «El descubrimiento de estos
mundos nos permite dar un paso más para encontrar un lugar como nuestro
hogar. Es solo cuestión de tiempo».
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